Momentos de tensión en la última pelea del histórico debut del karate como disciplina de los Juegos Olímpicos.
La disputa de la medalla de oro en el torneo masculino en la división de kumite +75 kilogramos terminó de forma inesperada, con la presea en manos del golpeado Sajad Ganjzadeh. El competidor iraní fue noqueado de una patada pero ganó la pelea por la descalificación de su rival.
El atleta saudí Tareg Hamedi fue descalificado, luego de que los jueces lo castigaran por una patada alta que impactó en el cuello de Ganjzadeh, quien permaneció inmóvil varios minutos hasta que fue retirado en camilla del tatami del estadio Nippon Budōkan.
Hamedi se encontraba ganando 4-1 antes de que su golpe fuera sancionado y la pelea llegue a ese abrupto final. Los médicos reaccionaron rápidamente para acercarse a Sajad Ganjzadeh, le colocaron una máscara de oxígeno antes de que los jueces comunicaran la decisión al árbitro del combate.
Tras la descalificación de Hamedi por poner en peligro la integridad de su rival, los atletas regresaron para la ceremonia de entrega de medallas. Tanto él como Ganjzadeh mostraron mucha grandeza deportiva al subir al podio para recibir sus premios: se abrazaron y posaron juntos para una fotografía.
“Estoy feliz por la medalla de oro, pero estoy triste por tener que ganarla así”, dijo el peleador iraní en una conferencia de prensa posterior a su consagración.
No fue el único en ser retirado en camilla en esta jornada, el alemán Jonathan Horne también tuvo que abandonar su combate ante Gogita Arkania de Georgia por una terrible lesión en el brazo derecho.
En un intento de contactar a su oponente, el georgiano se enganchó al teutón y a la hora de derribarlo, Horne se apoyó con el brazo derecho sobre el tatami, doblándose la extremidad en dirección contraria, generándole mucho dolor al tanto de gritar por ayuda. Tuvo que ser retirado en camilla y su rival se quedó con la victoria.
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