Miguel Gallardo
Jorge y María Francis saben que cada día representa un nuevo reto para conseguir algo para comer. Ambos, por separado, se quedaron sin familia y viven en la calle.
Su hogar son los andadores y portales del Centro de la capital queretana.
Dicen no saber qué destino les depara y menos se imaginan qué es lo que van a cenar en la Nochebuena, si llegan a tener la dicha de tener algo.
«Las banquetas son nuestra cama y es donde dormimos», comentó María Francis, quien dijo tener 40 años de edad y haber nacido en el Estado de México.
Mientras que Jorge a sus 42 años y ser procedente de Altamira, Tamaulipas, expresó que tiene un mes en esta ciudad y que en ocasiones sale a hacer alguna actividad para que le den algo de dinero y poder comer, incluso compartirlo con otras personas que viven en situación de calle como él.
«No me gusta robar, me gusta hacer las cosas con honestidad», argumentó.
Por lo pronto, esperan que manos bondadosas se acerquen a ellos para asegurar la cena de Nochebuena.
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