Ante la proximidad de los Juegos Olímpicos de Invierno próximos a celebrar del 4 al 20 de febrero China ha optado por una política de tolerancia cero a COVID, por lo que los atletas tendrán que someterse a pruebas COVID y en caso de arrojar resultado positivo, se tendrán que aplicar pruebas complementarias para dar acceso a Beijing, de lo contrario no podrán competir.
Con la política de tolerancia cero, en china se realizan confinamientos tan severos como cuando comenzó la pandemia.
Dicha medida ha arrojado buenos resultados, el 15 de enero se reportó el primer caso de la variante Ómicron en la ciudad de Beijing. De acuerdo con información de Marca, hasta el jueves 20 de enero se contabilizaron un total de 12 casos.
La variante Ómicron se ha establecido como la de mayor contagio, y sin bien sus efectos son bajos respecto a otras variantes en personas vacunadas, los organizadores esperan que varios atletas arrojen resultados positivos. Sin embargo, el comité organizador explicó que serán flexibles, de manera que aquellos atletas con resultado positivo podrán participar en la justa, siempre y cuando se compruebe que el nivel de infección no es contagioso, de lo contrario no podrán participar.
Se espera que las delegaciones de Estados Unidos, Brasil e Italia aporten más casos al ser parte de los países con mayor número de contagios en el mundo.
A diferencia de Tokio 2020, en Beijing sí se tiene contemplada la presencia de aficionados en las tribunas, aunque no habrá llenos en las tribunas, ya que sólo podrá ingresar un grupo selecto que haya superado los protocolos, además de funcionarios, atletas y trabajadores.
Los periodistas permanecerán en una burbuja, una vez superadas las pruebas COVID, con la finalidad de que no tengan contacto con la población de Beijing, mientras que la recomendación a las personas que no residen en la ciudad es no viajar a Beijing.
Como el objetivo es no disparar cifras en la población de Beijing, las personas que participarán en el relevo de la antorcha son vigilados con constantes pruebas dos semanas antes de su respectivo relevo y dos semanas después de su participación.
Mientras tanto, la antorcha perecerá en lugares cerrados y controlados, de modo que los aficionados no podrán tener acceso facilmente a ella.
Fuente: Sopitas
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