Katia Lemus Barajas
La lengua otomí, la indumentaria y las tradiciones indígenas son parte de la cultura indígena que se debe rescatar, aseguró María Eugenia Margarito Vázquez, presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas, pues actualmente se están perdiendo y forman parte de la identidad de los pueblos originarios.
“Es necesario hacer reformas para que se den clases en otomí, que haya traducciones para que no se pierda la lengua porque la vestimenta se está perdiendo y debemos rescatar lo que nos da identidad”.
De igual forma, llamó a crear más espacios para los artesanos indígenas de diversas comunidades del estado, y para reforzar la seguridad en sus localidades.
En el inicio de los trabajos de la comisión, Margarito Vázquez recordó que una de las primeras actividades que organizaron fue una feria artesanal, cuyo objetivo fue dar visibilidad al trabajo de artesanos de comunidades como Amealco, Tolimán y la Sierra.
Sin embargo, señaló que aún es necesario ampliar las oportunidades y los espacios donde los artesanos puedan ofrecer sus productos.
“Debemos abrir más espacios, ya sea en la Legislatura, en el centro cívico o en otros puntos, donde los artesanos puedan mostrar lo que producen y ofrecer su arte”.
Refirió que al momento se han realizado cuatro foros informativos en Amealco, Cadereyta de Montes y Tolimán, donde los temas más recurrentes han sido la falta de infraestructura vial, caminos y la inseguridad.
Aseguró que las inquietudes planteadas en estos foros serán consideradas para formular propuestas legislativas que atiendan directamente las necesidades de las comunidades.
“Tomamos nota de lo que nos comentan para poder presentar una iniciativa que responda a la realidad de las comunidades. No podemos hacer una propuesta desde un escritorio sin conocer el contexto”.
Como parte del inicio de los trabajos de la Comisión de Asuntos Indígenas la legisladora encabezó la Primera Feria Artesanal y Cultural Navideña de los Pueblos Originarios del Estado.
Margarito Vázquez consideró que los espacios públicos deben estar abiertos y a disposición de los artesanos, todo lo contrario de brindarles espacios cerrados, en donde nadie los ve y en donde no pueden vender sus artesanías, siendo que es su sustento diario.
Explicó que la mayoría de los artesanos vienen de comunidades alejadas, con alta marginación, en dónde no pueden vender sus artesanías, motivo por el que se trasladan a la capital del estado, en dónde no los dejan instalarse para ofrecer sus productos.
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