Los políticos demócratas han pasado los últimos meses hablando de plantar cara al presidente Donald Trump en su segundo mandato. El gobernador de California, Gavin Newsom, es uno de los primeros en descubrir qué significa realmente plantar cara.
Aliados y opositores coinciden en que la forma en que Newsom maneje las protestas (incluido el llamado de Trump a la Guardia Nacional y el envío de marines en servicio activo a pesar de las objeciones del gobernador) resonarán mucho más allá de California y mucho después de esta semana.
Así es como Newsom está abordando lo que se ha convertido en una pelea en las calles y en los tribunales, solo unos días después de que respondiera a un esfuerzo de la administración de Trump para identificar subvenciones federales destinado al estad que se puede cancelar.
Otros gobernadores demócratas han estado llamando a Newsom, verificando cómo está y repasando mentalmente posibles escenarios de cómo lo que sucedió en California podría afectarles en casa, según varias personas informadas sobre las conversaciones.
Todos los gobernadores demócratas firmaron una declaración durante el fin de semana calificando el llamado a la Guardia Nacional por parte de Trump como un «abuso de poder alarmante», pero desde entonces han actuado con cautela, con la mirada puesta tanto en la política de provocar potencialmente a Trump como en las preocupaciones legales sobre cómo sus palabras podrían ser utilizadas en demandas que pudieran tener que presentar.
Newsom, según personas familiarizadas con su pensamiento, quiere que California mantenga su postura después de que algunas universidades y bufetes de abogados que enfrentan la presión de la Casa Blanca llegaron a acuerdos de concesión con la administración.
Be the first to comment