Nuestro sector atraviesa por momentos que nos obligan a redefinirnos, la pandemia trajo una gran debilidad en la proveeduría automotriz en el mundo, es por ello que hoy cuando vamos a comprar un auto nos dicen que este llegara en un tiempo de 30 a 90 días.
La deficiencia de inventario va de un 60% a un 90% en todas las marcas, si hay marcas con mayor afectación sobre todo en modelos icónicos que hoy están ausentes de los pisos de venta, en los autos de lujo y premium los clientes tienen más experiencia ya que tienen la opción de configurar el auto con los accesorios que desean, este proceso siempre ha demorado de 1 a 3 meses.
La crisis ha sido de gran aprendizaje para todos los sectores, y como todo tiene su parte positiva el sector automotriz distribuidor no es la excepción, ya que los costos financieros se redujeron a CERO. Se ha dado un nuevo valor a los vehículos seminuevos, la devaluación de estos ha disminuido, vender un auto seminuevo en la agencia ya no es como era antes que pensábamos que dejarlo en agencia era castigarnos, hoy la agencia te hace una oferta superior a tus expectativas, y con las garantías tu seguridad en la operación, documentación y vehículo.
Visualizo dos escenarios:
El primero algunas marcas han iniciado la producción de sus propios semiconductores, otros están planeando abrir plantas en nuestro país de estas autopartes, el resultado de esto podremos verlo en el segundo semestre del 2022.
El segundo todo nos lleva a precipitar lo que se tenía visualizado para unos años más y como en algunos países de Europa los clientes van a un piso de ventas y de forma virtual conocen el vehículo, realizan el pedido y este se entrega en un lapso promedio de 3 meses.
Difícilmente volveremos a ver pisos de venta y lotes de inventario a tope, ya que la tendencia es vender sobre pedido, el reto entonces será convencer al cliente de configurar su auto virtualmente y esperar la llegada de este.
La nueva realidad es que la compra de un auto será planeada.
Han sido casi dos años de pandemia que nos han llevado a adaptarnos a una nueva normalidad, y la compra de autos no podía ser la excepción.
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