Katia Lemus Barajas
Marcela Ávila-Eggleton, directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, e la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) reconoció que no pueden garantizar la seguridad de los estudiantes.
Esto, luego de que en Sesión Ordinaria de Consejo Universitario manifestó su preocupación por una estudiante que es acosada por un compañero quien presuntamente porta un arma de fuego y se encuentra bajo los influjos de alguna sustancia tóxica.
“En julio del año pasado, una estudiante de la facultad, quien ha sido víctima de acoso y amenazas de un compañero, quien además presuntamente porta un arma y usa diferentes sustancia presentó una denuncia a la Unidad de Atención en materia de Violencia de Género (UAVIG) y a su vez, ellos, emitieron una resolución que se nos hizo llegar en la cual se nos solicitaba como facultad que hiciéramos el cambio de turno del estudiante que había sido acusado de estos actos violentos y así se hizo, se le cambio al turno matutino mientras que la estudiante que presentó la denuncia estaba en el turno vespertino”.
Sin embargo, dijo, en las últimas semanas, el estudiante presunto agresor ha empezado a contactar con la estudiante a quien le envía mensajes y se presenta en la facultad en los horarios que no corresponden a su turno.
“La preocupación tiene que ver con los derechos de una vida libre sin violencia, pero además hicimos una solicitud para que nos informaran sobre una restricción adicional, pero que por cuestiones de privacidad no podían dar información y optamos por poner escolta a la estudiante lo cual me parece gravísimo”.
Detalló que el estudiante, presunto agresor sigue rondando los espacios donde está la estudiante víctima.
“En ocasiones se presenta bajo el influjo de algunas sustancias y no podemos corroborar que esté armado, pero hay denuncias que sí lo está y ayer (miércoles) agredió verbalmente al personal de la facultad que está cuidando a la estudiante; sabemos que el protocolo es una herramienta valiosa, pero nos preocupa que estamos poniendo el protocolo por encima de la seguridad de las víctimas”.
Enfatizó que esta no es la única denuncia de violencia que ha escalado en algunos espacios universitarios y preocupa porque por un lado las y los estudiantes han tenido que pasar por el proceso de denunciar y ratificar.
“En el caso específico de esta chica, está en clases virtuales y aunque durante dos años estuvo en esta modalidad por la pandemia, tuvo que regresar a esa modalidad porque no podemos garantizar su seguridad”.
Destacó que, pese a que hay más casos, las víctimas se reúsan a denunciar por dos razones; la primera es por miedo, lo cual se entiende y la segunda porque dicen que los procesos no se resuelven de manera satisfactoria y al final los dejan en una situación vulnerable.
“Estamos en una situación preocupante porque como facultades no tenemos ninguna herramienta más allá del sentido común y de las ganas de proteger a las y los estudiantes y que en la realidad estamos en una situación muy vulnerable”.
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