Miles de personas protestaron contra la impopular reforma a las pensiones del presidente Emmanuel Macron, a quien los sindicatos acusan de querer incendiar las calles.
Los sindicatos llamaron a una novena jornada de huelga y manifestación, la primera desde que Macron adoptó, por decreto hace una semana, el endurecimiento de las reglas para cobrar una pensión completa, aumentando la tensión social.
Ante el temor de perder la votación en el Parlamento, el gobierno decidió adoptar sin el voto de los diputados el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y el aumento de la cotización a 43 años, y no 42 como ahora, para 2027.
Macron dijo asumir la «impopularidad» de una reforma que quiere ver aplicada «para finales de año» por el «interés general» y cargó contra los sindicatos, la oposición y los manifestantes más radicales, que comparó con «sediciosos».
Por su parte, los sindicatos son la punta de lanza desde enero de la contestación y el 7 de marzo lograron movilizar entre 1.28 millones y 3.5 millones de personas en las protestas más grandes contra una reforma social en tres décadas.
Pero la manifestación de este jueves es la primera desde que Macron impuso su plan por decreto y se anuncia crucial para saber si serán capaces de mantener viva la movilización contra una reforma, que espera el visto bueno final del Consejo Constitucional.
Tras la movilización, el gobierno espera que la movilización «decaiga» y todo vuelva a la normalidad «el fin de semana». Los sindicatos no tiran la toalla y decidirán en la noche los próximos pasos.
Fuente: La Jornada
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