- En los traslados se cobra la ida y vuelta del recorrido de la carroza.
- Cuesta 25 pesos el kilómetro, aproximadamente.
- En los pueblos el 80 por ciento prefiere la sepultura y 20 por ciento cremación; en las ciudades es a la inversa.
Miguel Gallardo
Un servicio funerario puede variar en su costo, el cual puede valer unos 13 mil pesos el más barato o superar los 100 mil, según lo que se haya solicitado, de acuerdo con información recabada en algunas funerarias del área metropolitana de Querétaro.
Una de las personas encargadas en uno de estos establecimientos mencionó que un servicio normal incluye todo menos la sala de velación; es decir, está integrado el embalsamamiento, el traslado, la renta de media capilla ardiente que es el Cristo, los sirios y el carrito donde se coloca el ataúd, así como la cruz de madera para cuando la persona fallecida es sepultada.
“Por ejemplo, hicimos un traslado de Querétaro a Jalisco y el regreso se toma en cuenta. Con embalsamamiento, ataúd y la cruz, aunque sin capilla ardiente, porque esa la rentan los familiares, costó 30 mil pesos, porque el ataúd que escogieron era de 19 mil pesos más los 11 mil del traslado”, indicó uno de los trabajadores.
Con respecto a lo que hay que pagar por llevar de un lugar a otro el féretro, dijo que se cobran 25 pesos por kilómetro recorrido y también hay que tomar en cuenta la vuelta de regreso que hace la carroza.
Aclaró que en ocasiones se ofrece un precio más cómodo para los deudos, porque en muchos de los casos enfrentan dificultades económicas, por lo que se les hace una mejor propuesta.
“En una ocasión una persona preguntó por un ataúd en nuestra funeraria y el precio que le dimos fue de 30 mil pesos, pero nos comentó que en otro lado se lo vendieron en 85 mil. Muchas veces cobran el lujo”, argumentó la persona encargada de la funeraria.
Agregó que el servicio más caro en su establecimiento es de 40 mil pesos, pero que en otros lados puede rebasar los 100 mil, y aumenta más para las familias si hacen rosario, ya que le dan algo a la persona que lo hace, le ofrecen de comer y en ocasiones le dan un presente para agradecerle por el rezo.
La persona entrevistada explicó que cada vez es más común que las personas soliciten los servicios sin rosario ni misa de cuerpo presente y que uno de los motivos puede ser el miedo a la pandemia.
Según lo informado por los especialistas en este tipo de negocios, la mayoría de las personas que viven en los ranchos tienen un fuerte arraigo a la tradición de la sepultura, lo que indica que un 80 por ciento aproximadamente la prefiere; el otro 20 por ciento, opta por la cremación. Y que en las ciudades es a la inversa.
En el caso de la cremación, señaló que baja su costo un 25 por ciento con respecto a lo que cuesta sepultar a una persona y que puede otra razón para preferir la incineración.
Con respecto a la pandemia, comentó que los decesos por esta causa disminuyeron hasta un 80 por ciento.
“El mes pasado –octubre–, solamente nos llegaron unos cinco casos de muertes por Covid-19”, argumentó.
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