
Katia Lemus Barajas
La democracia no puede ser un laboratorio ni un centro de experimentos, aseguró Braulio Guerra Urbiola, presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) tras emitir su sufragio en la casilla que se ubica en una colonia Álamos.
“Tenemos que abonar todos como funcionarios y servidores públicos a que el ejercicio de los derechos de los ciudadanos que sean con certidumbre, de manera ágil, sencillo, fácil y comprensible, para que sea democrático, tiene que tener todos estos elementos y para que lleguen las mejores personas y sean votadas las mejores personas para impartir justicia”.
Consideró que este ejercicio es un ejercicio inédito en el mundo y el resultado no está solamente en cuánta gente salió, cuánta gente no quiso votar o cuánto duró, sino que lo que realmente preocupa, interesa y ocupa que cuando estén en su función en la silla del juzgado funcione en el reclamo de justicia, que es una deuda de muchas décadas y muchos años.
“Aquí no se acaba la reforma judicial en la elección de jueces y magistrados, los poderes judiciales del país requieren más recursos, más tecnología y muchos más ingredientes para que tengamos una mejor justicia. Yo voto porque tengamos reformas que fortalezcan las instituciones, la transparencia, su funcionamiento, las cargas laborales de quienes trabajan aquí en México.
Recordó que por cada 100 mil habitantes se deberían tener, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), 18 jueces y en Querétaro hay 3.8, es decir, no llegan ni a la mitad.
“Entonces tenemos una carga de trabajo muy alta, hay un estado emocional muy fuerte de estrés de los funcionarios judiciales en el país y por otra parte, a la gente que justamente y con razón pide y reclama que esos asuntos salgan rápido de manera pronta y expedita. La justicia es la que tiene que seguir de la reforma judicial”.
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