El grupo paramilitar denominado Los Tlacos, que dirige Onésimo Marquina Chapa, ‘El Necho’, difundió un video donde se muestra la ejecución de más de 20 integrantes de la banda delictiva Guerreros Unidos.
Esta mañana en Iguala, empezó a circular un video en redes sociales donde se observa a una veintena de hombres, todos hincados, en un paraje de vegetación abundante.
Enseguida se escucha la voz de un hombre que los acusa de pertenecer a la banda denominada La Bandera, una facción del grupo delictivo Guerrero Unidos, que dirigen Jesús Brito ‘El Marranero’; Héctor Rodríguez Uriostegui, ‘El Colín’, y Juan Carlos Flores Ascencio ‘La Beba’, todos considerados personajes clave en el caso Ayotzinapa.
“Gente de iguala, aquí están todos los que extorsionaban y que andaban matando a gente inocente y mujeres. La basura que tenía en terror a esta bella ciudad, se los dijimos, y llegó el momento: esta plaza ya tiene dueño”, dice uno de los miembros del grupo paramilitar Los Tlacos, que tiene su bastión en el poblado de Tlacotepec, ubicado en la zona de la Sierra de Guerrero.
Asegura que el alcalde electo de Iguala, David Gama, pactó un acuerdo con el líder de Guerreros Unidos, Chucho Brito.
“Chucho Brito, hijo de tu puta madre, traicionero de mierda, ya tenías armada tu mesa con Gama para sentarte a mamar como toda tu perra vida; se les dio la mano y la mordiste como a todos los que te han ayudado … Aquí está la gente de la Sierra, la Sierra no perdona, o se alinean o los vamos a matar, mierdas”.
Luego, uno por uno, los hombres sometidos son interrogados. Todos se identifican con nombre y al servicio de Chucho Brito, a quien se refieren como “El Patrón”.
Se definen como integrantes de una red criminal dedicada al sicariato, extorsión y venta de droga en los poblados de Iguala, Tepecoacuilco y Huitzuco, así como al interior del penal de Tuxpan, y admiten ser responsables del trasiego de enervantes a Estados Unidos.
Incluso definen a Chucho Brito, ‘El Marranero’, como “el que tiene la línea” con las autoridades del ayuntamiento de Iguala, y de beneficiarse a través de la construcción de obra pública en la ciudad, donde hace siete años el mismo grupo armado, en contubernio con autoridades de los tres niveles de gobierno, desaparecieron a los 43 normalistas de Ayotzinapa.
La imagen del video se difumina y solo se escuchan lamentos de las víctimas al momento de ser asesinadas.
Fuente: Proceso
Be the first to comment