La crisis por envenenamientos con gas de centenares de niñas en Irán se han intensificado después de que las autoridades hayan reconocido que los ataques han afectado a más de medio centenar de escuelas del país.
Hasta el momento no está claro ni el origen ni la responsabilidad de los incidentes que han sembrado el miedo entre los padres de las menores y están alimentando el descontento popular ante la ineficacia de las autoridades para detener los ataques que parecen destinados a paralizar la educación de las estudiantes.
Los informes sugieren que escuelas de 21 de las 30 provincias de Irán han registrado casos sospechosos, incluida una escuela de niños. En concreto, se han contabilizado más de un millar de intoxicaciones de estudiantes que aseguran haber sufrido dolores de cabeza, palpitaciones, náuseas, mareos y en ocasiones la imposibilidad de mover las extremidades tras percibir un olor de naranja podrida y productos de limpieza.
El Gobierno de Irán ha afirmado este domingo que los envenenamientos son una operación «de contaminación psicológica» que tiene como objetivo revivir las protestas desatadas por la muerte en septiembre de Mahsa Amini. Mientras que algunos padres vinculan los envenenamientos con las protestas feministas de los últimos meses, en las que participaron alumnas de colegios e institutos
Los vídeos de padres molestos y colegialas en las salas de emergencia con vías intravenosas en los brazos han inundado las redes sociales. Sin embargo, el caso sigue siendo un misterio irresuelto y coincide con las numerosas protestas que se han producido en el país desde septiembre. La represión de las fuerzas de seguridad contra esas protestas ha provocado la muerte de al menos 530 personas y la detención de otras 19 mil 700.
Fuente: DW
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