Ghislaine Maxwell, hija del que fuera el magnate de la prensa británica, Robert Maxwell y compañera del Jeffrey Epstein, fue sentenciada a por un juez de Nueva York a 20 años de prisión al ser declarada culpable de tráfico sexual para el financiero Epstein, luego que se conociera que la pareja atraía a a niñas vulnerables de hasta 14 años de las que luego abusaban.
El jurado la declaró culpable de cinco de los seis cargos en su contra, entre ellos, el de tráfico sexual de menores para Epstein y la fiscalía aseguró que su «responsabilidad» en el tráfico de menores y su «falta total de remordimientos» justifican la larga condena.
Actualmente, Maxwell se encuentra aislada en una celda por riesgo de suicidio, no se le permite poseer ni revisar documentos legales ni tampoco hacer uso de papeles o bolígrafos.
La defensa de Maxwell considera que su defendida fue víctima de la influencia nefasta que ejercieron tanto su padre -«autoritario, narcisista y exigente»- y Epstein, a quien conoció tras la muerte en circunstancias misteriosas de su progenitor.
Maxwell y Epstein fueron pareja a principio de los años 1990 antes de convertirse en colaboradores profesionales y cómplices de sus delitos sexuales durante cerca de 30 años. Ella fue descrita durante el juicio como una «depredadora sofisticada» que actuaba conscientemente para atraer y seducir a jóvenes para disfrute de Epstein y sus amigos, como el príncipe Andrés de Inglaterra, en sus residencias de Florida, Manhattan o las Islas Vírgenes.
Fuente: La Jornada
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