Katia Lemus Barajas
Julieta Rodríguez Esparza fue despedida a mediados de 2020 por la empresa en la que laboraba desde hace 10 años, el motivo: la contingencia sanitaria. Hoy Julieta y su esposo se dedican a vender flores para poder sacar a su familia adelante.
“Tenía ya 10 años en la empacadora de la que fui despedida, la razón fue la falta de liquidez para seguir operando así que nos liquidaron a todos y después cerraron”.
La mujer de 53 años aseguró que su motor de vida son sus tres hijos por quienes tiene que trabajar porque no quiere que tengan que dejar de ir a la escuela.
“Mi marido y yo creemos que haciendo un esfuerzo podemos sacar a nuestra familia adelante, sobre todo y lo más importante es que somos muy unidos”.
Actualmente venden nochebuenas en diferentes puntos de la ciuad, las cuales traen de invernaderos del oriente de Michoacán.
“Como ya tengo un año que me despidieron nos empezamos a dedicar a la venta de flores y plantas, las temporadas en las que más vendemos son en diciembre por los arreglos a la virgen de Guadalupe, y el 10 de mayo”.
Aseguró que en ocasiones cuando no tienen buenas ventas tiene que bajar el precio de los ramilletes para que no se les quede o se les eche a perder.
“La flor no dura mucho, así que si no las sacamos se nos echan a perder por eso preferimos bajarles el precio para que todas salgan y bueno en ocasiones si podemos sacarlas y en otras pues definitivamente no y ya lo que hacemos es dejarlas en las tumbas del panteón o en una iglesia”.
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